Barcelona.
España. Con la muerte reciente de
Albert Ràfols-Casamada (Barcelona,
España, 1923- 2009, desaparece uno
de los grandes pintores de
vanguardia de la segunda mitad del
siglo XX y referente de la
abstracción lírica. Considerado uno
de los grandes pintores abstractos
de la segunda mitad del siglo XX, un
teórico del arte y uno de los
mayores poetas catalanes. Trabaja
dentro de una abstracción lírica
pura y colorista en la que el orden
y el equilibrio dialogan con
sensaciones luminosas o anímicas. Ha
expuesto en la Fundación Joan Miró
de Barcelona en 1985; en la Feria
Internacional de Arte Contemporáneo
de París en 1985; en Michael Duner
Fine Arts de San Francisco en 1987;
en Harcourts Contemporany de la
misma ciudad en 1991; en el Art
Centre d’ Andorra en 1997; en el
Centro de Artes Pláticas de Royan,
Francia en 1998; en el Museo de Arte
Contemporáneo de Barcelona en 2002;
en el Instituto Valenciano de Arte
Moderno (IVAM) en 2002; en el Museo
de Tourcoing, Francia en 2002, Museo
de Arte Moderno de Buenos Aires,
Argentina, 2008, entre muchas otros
de los principales museos de Europa
y América Latina. Su obra pertenece
a prácticamente los museos y
colecciones públicas más importantes
del mundo. Entre sus libros de
ensayo están: Sobre pintura.
La Isla de los Ratones, Santander,
1985; Correspondències i
contrastos. Les arts i els artistes.
Facultad de Bellas Artes, Barcelona,
1994; L’escorca dels dies. Fulls
de dietari 1975-1977. Els
Iiibres de Glaucos, Barcelona, 1994;
D’ un mateix trac, Fulls de
dietari, 1978-1983. Ediciones
62, Barcelona, 1994; Hoeste del
dia. Columna, Barcelona, 1994 y
Huésped del día. Dietario
(1975-1984). Ediciones de la
Rosa Cúbica, Barcelona, 1998
MAM
Albert, en estos más de cincuenta
años de creación: poesía, pintura y
docencia, ¿qué sería la primordial
comunicación de tu obra artística?
AR-C
Para mí, como pintor,
el problema de la comunicación
artística se presenta como una
realidad de proyección hacia fuera,
hacia los otros, de ciertas ideas o
intuiciones, que podríamos llamar
“mundo exterior”, realizadas con el
mismo arte.
MAM
¿Cómo se manifiestan estas
intuiciones en tu obra pictórica?
AR-C
Estas intuiciones, o este estado de
espíritu que puede ser el acto de
creación, se manifiesta,
esencialmente, en el momento de la
realización, como una cuestión de
lenguaje. Es decir, a través de
problemas de lenguaje que se
relacionan con aspectos de nuestro
entorno, entorno que ya no es hoy,
la naturaleza (el paisaje natural,
sino en general, la gran ciudad en
el ámbito mundial. Los modernos
medios de comunicación nos permiten,
casi nos obligan, a vivir a escala
universal.
MAM
Pero, ¿qué capta el artista de todos
estos problemas que lo rodean?
AR-C
El artista creo, es
el que capta aspectos nuevos o
inapreciados de este entorno, y lo
transforma en signos de un lenguaje
específico que no admite traducción
a otro lenguaje. La comunicación
artística se realiza a través de la
sensibilidad (sensibilidad en el
sentido de facultad de experimentar
sensaciones; es decir, acciones
ejercidas sobre algunos de nuestros
sentidos), la cual llega a la razón
y, desde luego, al sentimiento.
MAM
¿Podríamos decir que el pintor lleva
consigo mismo esta sensibilidad o se
alcanza con las facultades que va
desarrollando?
AR-C
El pintor dispone,
para alcanzar esta sensibilidad, de
un vocabulario, de un repertorio de
signos casi ilimitados (colores,
valores, matices, formas, texturas).
Ambigüedad de interpretación, ya que
ésta no reside en la obra misma,
sino que tiene una estructura
interna inalterable que le confiere
un carácter de necesidad en el cual
nada puede ser modificado, y donde
cada elemento tiene un valor que
viene determinado por su relación
con los otros elementos. Pero el
todo, por la riqueza misma del
lenguaje, y su flexibilidad en
relación con el espectador, es
susceptible de una diversidad de
interpretaciones, más o menos
relacionadas entre sí, de acuerdo
con el sistema de connotaciones del
receptor, sistema en el cual
cultura, ideología y clase social
tienen una gran importancia.
MAM
Siempre has mantenido un diálogo
constante con el “espíritu” de tu
obra, y desde luego con su
“espíritu” interno, ¿ cómo se
manifiesta y evoluciona en tu
trabajo”
AR-C
Me parece que lo que es muy
importante es que la obra responda
al espíritu del autor, que haya esta
resonancia personal en la obra. Si
el autor es de su tiempo, en la obra
aparecerá esta huella. Sin perder de
vista que son cosas distintas: su
vida personal y la obra de arte; el
objeto resultante, su expresión, se
independiza en cierto modo y vive
aparte del artista, pero en la obra
hace falta que exista esta vibración
personal, esta transmisión del
espíritu del artista, de sus ideas
en una producción pictórica y
poética.
Existe el espacio de la escritura,
el espacio escrito, es decir, el
espacio pintado, el espacio que
sugiere el poema. Y aún el espacio
vivido o recordado o evocado. Todos
estos espacios confluyen en un
tiempo único, se integran en una
sola unidad: la pintura, el poema.
MAM
¿Crees que este proceso creativo es
parte de una autobiografía
artística?
AR-C
Siempre hay una parte de
autobiografía en la obra, es lo que
en ese momento te preocupa, te
obsesiona… y se traduce en una obra,
sea del tipo que sea. Cuando
escribimos, ha de responder a tus
ideas, a tu espíritu, a pesar de
que, en el momento de pasarlo a una
obra, interviene todo un aspecto de
distanciamiento. En el momento de
realizar la obra tiene que haber
este punto de artificio que
transforma esas ideas en una obra.
Creo, por otra parte, que en mis
pinturas hay coherencias entre idea
t tratamiento, y que estando mucho
más esbozadas, como obra, están
también plenamente acabadas. Lo que
pasa es que es un acabado que no se
nota tanto, es un acabado que
disimula.
MAM
¿Cómo llegas a la abstracción?
AR-C
Creo que por simplificación. Quizá
sea porque en mi aprehensión de la
realidad busco matices, lo que
sutilmente se cuela entre una
apariencia y otra, lo que está más
allá de la apariencia. Por otra
parte, ese paso a la abstracción fue
fruto del estudio t del trabajo,
sobre todo con relación al paisaje.
Buscaba síntesis y me fui
encontrando con los elementos que me
parecían fundamentales: color,
mancha, estructura y ritmo.
MAM
¿Crees que tu cuadro Blau profund
(1959) es el mejor ejemplo de ello?
AR-C
Desde luego. En ese momento paso de
la figuración a la abstracción.
Entonces. Entonces estudiaba el
juego de las piedras en una
carretera cercana al pueblo de
Capelladés. Buscaba reflejar las
masas, la entonación general y los
juegos de contrastes. Pero también,
buscaba una expresión más radical y
los artistas americanos me
influyeron para simplificar aún más
el espacio. Posteriormente, en los
años setenta, la experimentación
creadora siguió su curso. En aquel
momento tenía una preocupación por
el perímetro de la tela, quería
sacar el color al espacio. Los años
siguientes, son más de madurez y
síntesis, pero cada obra tiene su
propia especificidad. En este
sentido, volver a ver mi obra en
retrospectiva me sirve de estímulo
para seguir trabajando.
MAM
Pero, ¿te consideras un pintor
lírico?
AR-C
Lo del lirismo es relativo: habría
que ver qué se entiende por lirismo.
Si se maneja el término
contraponiéndolo a lo que podría ser
la pintura dramática, bueno pues sí,
podría aceptarse esa denominación.
Pero con eso no se dice mucho. Lo
que yo persigo, a través de mis
colores, tonalidades y modo de
estructurar la obra, es un
equilibrio que esté por encima de
los contrastes violentos. Antes que
la metáfora de estos contrastes,
quiero expresar, como te he dicho,
aquella zona sensible que, por un
esqueleto, está por debajo de lo
real visible.
MAM
Otro aspecto fundamental en tu obra
es el color y el orden del espacio.
Al observar algunas de las múltiples
exposiciones retrospectivas que has
tenido, como la del Museo de Arte
Moderno de Barcelona (MACBA), el
espectador lo comprueba. ¿Cómo
logras concretar espacio- forma-
color en cada cuadro?
AR-C
Utilizo el color esencialmente para
ordenar el espacio. Mi concepto de
espacio se basa en la relación
geométrica de los pianos y las masas
de color. Es un espacio
relativamente plano, pero que,
generalmente, no se presenta como
muro sino como apertura. Un espacio
donde puede penetrar la mirada. El
color funciona como la epidermis
visual de la obra. Es un factor
diferenciador y unificador a la vez.
El color como vehículo de la idea.
No el color por el color, sino el
color en función de una idea
constructiva, de una estructura de
fondo que quiere salir a la
superficie. En el proceso del
trabajo, el color adquiere una
importancia tal que acaba haciéndose
casi protagonista. Pero detrás de él
está la idea y, en medio, el
sentimiento. El color sirve para
ligar las dos cosas.
MAM
Recuerdo que Esteban Vicente me
comentó en algún momento que le
interesaba la capacidad del color
para convertirlo en luz. Creo que
esto tiene mucho que ver con tu
obra, ¿qué te sugiere esta idea?
AR-C
La pintura de Esteban Vicente me
sorprende, no sólo por el manejo del
color sino por su espacio. Creo que
ambos tenemos mucho que ver. En las
telas que he estado trabajando estos
días me resulta evidente. La idea,
esquematizada en el dibujo, necesita
del color para tomar cuerpo, para
hacerse cuerpo, cuerpo vivo. La idea
continúa presente como germen y como
paradigma, para la concreción, la
actualización, el combate
destructivo – creativo, la
resistencia y la entrega (y los
sentimientos que este proceso
comporta), es el color, la materia
pictórica, quien lo hace posible.
Mejor dicho, es en ella misma (la
materia pictórica) que todo se
contiene; es ella misma que se
personifica, que se individualiza.
MAM
¿Cómo se define este resultado
final?
AR-C
Es, a menudo, una corrección de la
idea, en el sentido de que la idea
ha necesitado transformarse para
hacerse posible. Y en este hacerse
posible intervienen variantes
condicionadas por el mismo proceso
de trabajo, y por la misma relación
pintura –pintura. Relación dinámica,
variable, llena de sorpresas. El
dramatismo se encuentra presente. La
resistencia es fuerte, y el
equilibrio es difícil de alcanzar. |